La característica principal del mercado actual, es sin duda, el incremento del peso específico del precio en la decisión de compra de nuestros clientes.
Esta situación, nos lleva “torpemente” a la llamada guerra del precio, escenario en el que debemos convenir que todos perdemos; clientes, productos y servicios, empresas y colaboradores.
Visualmente podríamos representar esta situación de esta manera.
A los ojos del cliente, en esta circunstancia siempre le resultaremos caro.
Por tanto debemos concluir que, “¡la mejor guerra de precio es la que evitamos!”. Y solo existe una manera de evitar la guerra sin mover nuestro precio.
Y es incrementando el valor percibido.
No importa lo que hagamos, importa lo que el cliente percibe que hacemos.
¿Es magia?
Es el trabajo bien hecho.